El principal aliado del país ante el organismo es el director de China, Zhengxim Zhang, que esta semana jugó fuerte en favor de la Argentina. Zhang envió una nota interna al board del FMI donde comunicó que si el Fondo sigue demorando la aprobación del acuerdo, China autorizará a la Argentina a usar el segundo tramo del swap para abonar todos los vencimientos con el organismo.

Respecto a los fondos chinos, Argentina posee un swap de monedas con China por 130.000 millones de yuanes, equivalentes a USD 19.000 millones. Este swap que fue renovado por Massa y Pesce en su reciente viaje a Beijing los próximos tres años, representa hoy el 60% de las reservas brutas en poder del Banco Central.
Durante el viaje de Sergio Massa a China, se acordó que Argentina pueda acceder a la aplicación del equivalente a USD 5000 millones para financiar las compras al gigante asiático y pagarle al Fondo Monetario Internacional.
Este monto podría renovarse por otros 5000 millones, a medida que se utilicen los anteriores. Al momento, 14.000 millones, permanecen asentados en las cuentas del Banco Central como un crédito para refuerzo contable de las reservas internacionales.
Sobre la intención de China de financiar los vencimientos argentinos ante el FMI, hay quienes interpretan que el interés del gigante asiático es impedir la cesación de pagos debido a que en caso de caer el acuerdo con el Fondo, arrastra todas las inversiones comprometidas en el país que se canalizan vía créditos otorgados por los bancos estatales chinos atadas al cumplimiento de estas obligaciones como garante del financiamiento.
De hecho fueron los voceros de Cancillería quienes aseguraron que todo el paquete de inversiones chinas estaba condicionado a que el gobierno argentino cumpliera con el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Bajo esa lógica se entiende el interés de China de que Argentina no entre en default con el organismo.