China avanza hacia una nueva fase de su integración en la economía mundial, ofreciendo productos de mayor sofisticación tecnológica a la vez que reafirma su apertura y demanda a los bienes con valor agregado del resto del mundo, según el académico e investigador argentino, Santiago Bustelo.
La apertura de “alto nivel” que lleva a la práctica el país asiático y que hoy se reafirma a través de una nueva gestión de las medidas antipandémicas impulsará y dinamizará el crecimiento económico global, indicó hoy el investigador del Centro de Estudios Argentina-China de la Universidad de Buenos Aires en diálogo con Xinhua.
“Este concepto de alto nivel refiere justamente a una apertura que tiene que ver con la nueva forma de integración de China en la economía global, que se relaciona con el desarrollo y el crecimiento de China en las últimas décadas, en donde el país cada vez produce bienes con mayor contenido tecnológico, tiene mayor capacidad de innovación y, a la vez, posee un mercado que puede absorber bienes y servicios de mayor valor agregado por parte de otros países”, manifestó Bustelo.
El ex asesor del Ministerio de Desarrollo Productivo y doctor en Política Internacional por la Universidad de Fudan (Shanghai) celebró distintas iniciativas comerciales y de conectividad internacional que lidera China, como la Exposición Internacional de Importaciones (CIIE, siglas en inglés), la Feria Internacional de Comercio de Servicios (CIFTIS, siglas en inglés) y la iniciativa de la Franja y la Ruta, mencionando su importancia vital para el desarrollo mundial y para dar un nuevo impulso a la globalización.
“Son iniciativas que tienen que ver con una nueva forma de apertura y de integración de China en la economía internacional; esto también ha quedado bastante claro a través de conceptos que hemos escuchado, como el de circulación dual”, apuntó el politólogo argentino.
Para el académico, China apunta a una etapa “con mucho más énfasis en un crecimiento de calidad y en un intercambio comercial de bienes de mayor valor agregado”, todo lo cual le permite a economías periféricas como Argentina, las del resto de América Latina y el mundo a ser más que proveedores de materias primas.
Como contrapartida a este horizonte de integración comercial y de fortalecimiento de la globalización, el investigador señaló que las prácticas proteccionistas que llevan adelante algunos países de Occidente son “preocupantes”.
“Si cada país empieza a seguir esta lógica de ‘primero yo’ o de protegerse y no de obtener los mayores beneficios de la integración económica con los otros países vamos a encontrarnos en un mundo más complejo, con menos oportunidades económicas, con menos oportunidades de desarrollo”, señaló.
“Por el contrario, Yo creo que China está teniendo una visión distinta, una visión mucho más virtuosa en donde lo que busca es que los países tengan una relación de beneficio mutuo y que puedan comerciar, y que cada país pueda tener la libertad de buscar las oportunidades y de integrarse económicamente”, añadió Bustelo.
Sugirió que para los países de América Latina y del mundo, lejos de cerrarse, les beneficiaría apuntar a un mayor comercio global, considerando que China y la región de Asia son, posiblemente, las zonas que “más crecimiento van a tener en las próximas décadas” convirtiéndose en “el polo dinámico de la economía global” en un corto y mediano plazo.
La base de esta eventual y más afianzada integración comercial, que a la larga se traduce en mayores vínculos diplomáticos y culturales, es la conectividad física que se diseña y se materializa a través de la iniciativa de la Franja y la Ruta a la que Argentina se adhirió en febrero del 2022, apuntó el investigador.
“La iniciativa de la Franja y la Ruta coloca énfasis en la construcción principalmente de infraestructura, de conectividad física, pero porque sobre esa conectividad física se establece luego la conectividad comercial, financiera y la conectividad entre personas, la cultural; entonces, si yo tuviese que definir esta iniciativa diría que es la propuesta china de globalización para el siglo XXI”, enfatizó.
Por último, el politólogo argentino se refirió a la reapertura de China a partir de una nueva fase de respuesta a la pandemia de COVID-19, considerándola “el hecho más importante en la economía global en el año 2023” y un “impulso formidable”.
“Con los problemas que tienen las economías desarrolladas para crecer, con los problemas de inflación, con el ajuste de tasas de interés que desarrolla la Reserva Federal de los Estados Unidos, con todo este viento en contra, la reapertura de China va a ser el único elemento que va a catalizar realmente el crecimiento, a dinamizar la economía global y sin dudas va a ser uno de los hechos más importantes y positivos del 2023”, concluyó.