La agencia de noticias Xinhua, destacó el trabajo de Aerolíneas Argentinas en los 42 vuelos especiales con fines sanitarios realizados a China. Los pilotos Gustavo Caponelli y Carlos Grecco, responsables de varios de esos traslados, dialogaron sobre la labor desarrollada, la importancia de la tarea, la emoción y el orgullo que les provocó tomar parte de una iniciativa histórica e inédita.
Nuevos mapas, anotaciones, el repaso de husos horarios y el aprendizaje de algunas palabras en chino se convirtieron en algo habitual para la tripulación. Fue “una operación especial, vuelos humanitarios pedidos por el Gobierno argentino para el traslado de insumos”, explicó Caponelli, que resaltó que se trató de vuelos completamente diferentes a los que estaba acostumbrado a pesar de su vasta experiencia.
“Fueron 55 horas de viaje más las escalas, para un total de 62, 63 horas arriba del avión, sin descender, con una espera en Shanghai para la carga y una escala rápida en Auckland (Nueva Zelanda) para el repostado de combustible. Una operación bastante especial, porque nunca hicimos una operación de este tipo”, dijo el profesional.
Los vuelos hacia y desde Shanghai se hicieron con escala en la ciudad neozelandesa, mientras que los servicios hacia y desde Guangzhou tuvieron una ruta distinta, con parada técnica en Madrid, España.
“Con el apoyo de toda la compañía y el trabajo de todos se hizo bastante normal el vuelo, no tuvimos ningún inconveniente, ninguna eventualidad que nos hiciera hacer una operación fuera de lo común”, resaltó el piloto.
Caponelli recordó que en los primeros vuelos, en el ahora lejano mes de abril, se usaban los asientos para transportar carga, pues no se había modificado el interior de la cabina. Luego, los aviones se configuraron y les sacaron filas de asientos, para poder transportar la carga, resaltó.
La operación dispuso que cada servicio tuviera cuatro comandantes (pilotos), ocho copilotos y cuatro técnicos de mantenimiento, para la carga de combustible y el control del avión. A ellos se sumaron un operador de cargas y un despachante operativo, para un total de 18 personas.
“El apoyo de la familia para esto es bastante importante. Para ellos siempre es un miedo que uno haga esta actividad, pero nosotros les damos la seguridad de que es una actividad como cualquier otra. La preocupación de ellos era lógica. Después, cuando ya se hizo habitual viajar a China para traer insumos, hubo apoyo total. Nuestros familiares se sienten orgullosos”, enfatizó el piloto.
El histórico puente aéreo con China permitió al país sudamericano contar con ropas especiales e insumos como máscaras y tapabocas. Solo el primer vuelo trajo 170.000 test para detectar la COVID-19.
“A Shanghai nunca había ido, y en mi primer vuelo noté que el tránsito era poco para lo que sabemos que es Shanghai. No veíamos tránsito, fue extraño volar solos”, recordó Caponelli.
El profesional consideró a la pandemia “un antes y un después para la industria aeronáutica” y sostuvo que lo ocurrido en 2020 “ha sido inimaginable, nunca se nos cruzó por la cabeza llegar tan regularmente a China y ahora se hace casi habitual”.
“Los insumos se han distribuido por todo el país. Lo que me sorprende es la rapidez con que se reaccionó en el tema y la rapidez con la que los insumos llegaron. También me sorprendió la cantidad que estamos trayendo. Todo el mundo se ha involucrado de una manera importante con esto”, celebró el profesional.
Caponelli mencionó que su padre era piloto de Aerolíneas Argentinas y que un hermano suyo también cumple ese rol. “Cuando la necesidad de un país está de por medio, este fue el mejor ejemplo de lo que necesitábamos. En las buenas y en las malas tenemos que estar”, afirmó.
Por su parte, Grecco, comandante de Aerolíneas Argentinas, empresa a la que ingresó en el año 1988, dijo que la compañía “es la segunda familia de cada uno, la queremos, la amamos y la defendemos”.
“La operación a China fue una novedad, ir a buscar insumos, con entusiasmo y un torbellino de sensaciones muy lindas, porque estamos en una batalla contra una pandemia. Se abastece Argentina con estos insumos, y es muy lindo prestar una ayuda así”, valoró.
El profesional de la aviación expresó que el histórico puente aéreo con China ha sido distinto a todo lo que conocía, especialmente desde lo emocional, por el tipo de carga que se recogió en el país asiático.
“Uno se siente eufórico al traerla y al aterrizar, terminando la tarea, porque sabemos que ayudamos a muchísimos argentinos. Participar de esta operación es motivo de orgullo”, dijo.
Grecco recordó que cuando él y sus pares supieron del inicio de los vuelos a China “todos” quisieron ser parte: “Tuve la suerte de hacer el segundo vuelo. Es muy lindo poder ayudar”.
“Lo primero que hice fue buscar un planisferio para ver por dónde se podía ir, porque es un desafío”, señaló sonriendo.
“Cada tripulación tenía una etapa para hacer. Nos pusimos de acuerdo para trabajar entre dos horas y media y tres horas cada uno, lo que daba tiempo para descansar, para leer o distraerse, porque fueron 60 horas arriba del avión sin bajarse, con 54, 55 horas de vuelo, y hay que cuidar el cuerpo. Jamás en mi vida imaginé vivir lo que se vivió”, admitió el experto.
Grecco destacó que gracias a los vuelos a China el país sudamericano pudo contar con miles de test para detectar la COVID-19 y máquinas para fabricar tapabocas, entre otros insumos.
“La forma en que se ha movido todo me pone orgulloso. Aerolíneas fue fundamental, actuó muy rápido. Uno siente que puso su granito de arena, ve que hay más respiradores, más barbijos (tapabocas), más ropas, más insumos. Te sentís muy bien con respecto a ello, la verdad es que fue un orgullo” ser parte de la tarea, resumió.
Fuente: Xinhua