A juicio del investigador del Centro de Estudios Argentina-China de la Universidad de Buenos Aires, Santiago Bustelo, los resultados del alivio de la pobreza de China no tienen “paralelos en el mundo”, lo que “permite afirmar que, en las últimas décadas, China ha sido el país que más ha contribuido a la reducción de la pobreza a nivel mundial”.
En las últimas siete décadas, China ha logrado sacar a 850 millones de personas de la pobreza, lo que representa más del 70 por ciento del alivio de la pobreza mundial, estableciendo un récord en la historia de la humanidad. Para Bustelo, también candidato a doctor en política internacional por la Universidad de Fudan de China, el país asiático ha logrado este resultado a través de estrategias que han requerido combinar dirección y liderazgo político, junto a un modelo robusto de crecimiento económico y una gran capacidad de adaptación a las circunstancias políticas.
A finales de 2019, el número de personas empobrecidas en las zonas rurales de China se redujo a 5,51 millones, desde los 98,99 millones registrados en 2012. Cabe mencionar que China está en camino de erradicar la pobreza extrema en todo el país en 2020, lo que convertirá a la nación asiática en la primera del mundo en acabar con la pobreza absoluta.
Los 75 años de las Naciones Unidas (ONU) han sido testigos de profundos cambios en la situación internacional. Más de 1.000 millones de personas salieron de la pobreza, y miles de millones de personas emprendieron el camino hacia la modernización.
Entre ellos, los logros de China han sido inéditos. El país asiático ha registrado el proceso de industrialización y organización más rápido y sin precedentes y la reducción de la pobreza más intensa que ha conocido la historia de la humanidad en 40 años, destacó Osvaldo Rosales, economista chileno y exdirector de la División de Comercio Internacional e Integración de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Por su parte, a secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena afirmo que, entender a China es esencial para América Latina, porque ese país se ha convertido en el segundo socio comercial de la región, representando el 12 por ciento de sus exportaciones y el 19 por ciento de las importaciones.
“La reducción de la pobreza en China va acompañada de un aumento de la clase media del país. China tiene un creciente mercado de consumidores ansiosos por nuevos y mejores productos. En este sentido, China tiende a importar más productos extranjeros y también es un mercado prometedor para las empresas extranjeras que quieren invertir allí”, destacó Evandro Menezes de Carvalho, profesor brasileño de derecho internacional de la Fundación Getulio Vargas.
Bárcena subrayó que en la visión estratégica contenida en el XIII plan quinquenal (2016-2020) de China hay grandes coincidencias entre los objetivos que se ha planteado China y los que plantea la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
China está ayudando a otros países en desarrollo dentro del marco de la cooperación Sur-Sur con la implementación de la Agenda 2030 y buscando una mayor sinergia entre la iniciativa de la Franja y la Ruta y la Agenda 2030.
En estos cinco años, China ha ayudado a otros países en desarrollo con 180 proyectos de reducción de la pobreza, 118 proyectos de cooperación agrícola, 178 proyectos de ayuda para el comercio, 103 proyectos sobre conservación ecológica y cambio climático, 134 hospitales y clínicas y 123 institutos educativos y de formación profesional, según el “Documento de Posición de la República Popular China Sobre el 75° Aniversario de la Fundación de las Naciones Unidas” publicado el 10 de septiembre.
Además, El Fondo de Asistencia para la Cooperación Sur-Sur de China ha apoyado más de 80 proyectos en más de 30 países en desarrollo, impulsando el desarrollo sostenible mundial.
Al ser interrogada sobre cómo China podría apoyar a países de América Latina a superar la pobreza, Tania Díaz, integrante de la dirección nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela, no dudó en responder que a través de la iniciativa de la Franja y la Ruta.
“La iniciativa de la Franja y la Ruta es, digamos, una estrategia de integración comercial y económica que puede aportar mucho”, enfatizó la también primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela.
Mientras la devastadora pandemia de COVID-19 arrastra a un número creciente de personas a la pobreza en todo el mundo, los esfuerzos chinos de alivio de la pobreza y cooperación internacional ofrecen esperanza.
Constanza Jorquera, académica de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales de Chile, elogió la colaboración china con otros miembros del G20 para implantar la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda de los países más pobres.
Esto se ha conseguido “desde este enfoque de ganar-ganar y la relación de amistad y cooperación Sur-Sur”, comentó la experta.
El coordinador del Grupo de Trabajo sobre China del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, Jorge Malena, hizo hincapié en que la mitigación de la pobreza, mediante la promoción del comercio bilateral, del impulso de las inversiones, del desarrollo de obras de infraestructura y la transferencia tecnológica, es un objetivo central de la cooperación Sur-Sur.
“El espíritu de la comunidad de futuro compartido que propone China, cristalizado con el desarrollo de la iniciativa de la Franja y la Ruta y su extensión a los países del ‘Sur Global’, abre una perspectiva promisoria frente al sombrío panorama económico pospandemia”, auguró.
Fuente: Xinhua