Televan, es una empresa argentina de instrumentos musicales, que exporta guitarras y baterías a China, Alemania y Estados Unidos. Actualmente, cuenta con más de cien empleados y una planta de 14 mil metros cuadrados, ubicada en Florida Oeste, Provincia de Buenos Aires.
Para las guitarras y los bajos, de las marcas propias Newen y Onas, la empresa utiliza madera de lenga, que trae de Tierra del Fuego en camiones completos que se procesan en Buenos Aires. Mientras que, para las baterías, marca Legend, utilizan madera de araucaria que compran en Misiones.
En total, la empresa exportó en plena pandemia 2000 guitarras a Brasil, Ecuador, Nueva Zelanda, Uruguay, Paraguay y México y está preparando la cuarta exportación a Perú. También exportó baterías, pero menos porque, según dice el empresario, es un mercado que hoy está parado a nivel mundial. Según detalló, las guitarras tienen un valor de exportación de entre US$55 y US$80, y las baterías, de entre US$200 y US$300.
La empresa comenzó a exportar primero a los países vecinos y luego comenzó a expandir el portafolio de clientes gracias a su presencia en exposiciones comerciales en China, Alemania y Estados Unidos. Sin embargo, la exportación más reciente, que llamó la atención del Gobierno y fue incluso celebrada en sus redes oficiales, partió a Nueva Zelanda y tuvo una génesis distinta. Martellotta se fue de vacaciones a ese país con su esposa y se llevó al hombro tres guitarras, que aprovechó para mostrar personalmente en negocios. Terminó enviando a tierra maorí 420 guitarras y 33 baterías solo en agosto.
Si bien la empresa sigue manteniendo a la unidad de importación como parte importante del negocio -distribuye marcas como Marshall, JBL, Behringer y Nord- Martellotta asegura que “el corazón” está puesto en los productos propios. De hecho, planea incorporar 10 nuevos empleados durante la pandemia, cuatro de ellos ya en funciones, con el fin de aumentar la producción para atender una demanda interna que no alcanzan a suplir con el remanente de las exportaciones, aunque produzcan 1200 guitarras y 200 baterías por mes.
Durante la cuarentena la empresa continuó trabajando, exceptuada por pertenecer a la industria de la madera, pero de todos modos debió suspender temporalmente la actividad por tres casos positivos de Covid-19. “Tuvimos que parar, aislar a las personas, esperar que se recuperen y después continuamos trabajando normalmente, con todos protocolos”, resume Martellotta, para quien, en épocas como las actuales, “hay que usar mucho la imaginación y reinventarse para seguir adelante”.
Fuente: La Nación