El Gobierno Nacional anunciaría pronto el comienzo de pruebas en el país de dos vacunas chinas, producidas por los laboratorios Sinopharm y CanSino. Éstas, se sumarían a las desarrolladas por AstraZeneca (Universidad de Oxford) y la de Pfizer. La importancia de estos acuerdos radica en que facilitará el acceso a dosis en el futuro.
Liu Jingzhen, el presidente de la empresa estatal China National Biotec Group, parte de la farmacéutica Sinopharm, aseguró que la vacuna contra el coronavirus en la que trabaja el grupo estará lista en diciembre a un precio menor a los 1.000 yuanes (144 dólares).
La vacuna se empezará a comercializar una vez termine la tercera fase de pruebas, la cual se está llevando a cabo en Emiratos Árabes Unidos, aseguró Liu en declaraciones a medios locales recogidas hoy por el periódico Global Times. Además, agregó que la prioridad para administrarla en China serán los estudiantes y quienes trabajen en las ciudades.
Según un estudio publicado esta semana en The Journal of the American Medical Association en base a los ensayos clínicos de las fases 1 y 2, “la vacuna candidata de Sinopharm es segura y genera una respuesta inmune”, afirmó la agencia estatal de noticias Xinhua. La investigación incluye datos sobre 320 voluntarios de entre 18 y 59 años, de los cuales 96 participaron en ensayos clínicos de la fase 1 y 224 tomaron parte en la fase 2.
Los resultados mostraron que la vacuna indujo eficazmente anticuerpos neutralizantes en los voluntarios y demostró una buena inmunogenicidad, es decir la capacidad de una sustancia para desencadenar una respuesta inmune.
Sinopharm inauguró en junio un complejo farmacéutico en la ciudad de Wuhan para la investigación, el desarrollo y la producción de la vacuna con el objetivo de doblar su capacidad productiva. El 24 de junio, el laboratorio anunció que comenzaba la tercera fase de las pruebas clínicas en Emiratos Árabes Unidos, desarrollada conjuntamente con el Instituto de Productos Biológicos y Virología de Wuhan y la Academia China de Ciencias.
Por otra parte, la Oficina Estatal china de Propiedad Intelectual (SIPO, siglas en inglés) aprobó recientemente la primera patente de otra candidata a vacuna contra la COVID-19, también en la tercera fase de pruebas, que podría “ser producida en masa en un breve periodo de tiempo”, informó ayer la prensa local.
Esa vacuna, desarrollada por el Instituto Científico Militar y la compañía biofarmacéutica china CanSino Biologics, comenzó a usarse a finales de junio en el Ejército chino después de que un equipo dirigido por el investigador Chen Wei descubriera un anticuerpo monoclonal neutralizante altamente eficiente.
Los resultados de la segunda fase de los ensayos clínicos de la vacuna demostraron que es segura e induce respuesta inmune contra el coronavirus, de acuerdo con una investigación publicada a finales de julio en la revista The Lancet.
Según la patente de la la Oficina Estatal china de Propiedad Intelectual, la vacuna ha mostrado una “buena respuesta inmunológica en ratones y roedores, y puede inducir al cuerpo a producir una fuerte respuesta inmune celular y humoral en poco tiempo”, recoge el periódico cantonés Southern Metropolis.
La patente asegura que esta vacuna “puede ser producida en masa en un corto periodo de tiempo”, y que es “rápida y fácil de preparar”. No obstante, su seguridad y efectividad deberá confirmarse en la fase tres, que se lleva a cabo en el extranjero, agrega la información.